martes, 27 de abril de 2010

Tablas en el senado con la reforma bancaria de Barack Obama

Los republicanos bloquean el debate y diseñan su propia receta para Wall Street, mientras que los demócratas aún confían en alcanzar un pacto entre los dos grandes partidos
FTE: EL ABC.ES

Barack Obama: «EEUU no puede permitirse ver morir esta reforma»
Barack Obama dijo que está "profundamente decepcionado" por el bloqueo impuesto por los republicanos en el Senado al debate sobre la reforma financiera y aseguró que los estadounidenses no pueden permitirse ver morir la propuesta de ley.
"Algunos de esos senadores deben creer que la obstrucción es una buena estrategia política, y otros pueden ver en el retraso de la reforma un oportunidad para que el debate se produzca a puerta cerrada, para que los grupos de presión de la industria financiera puedan ahogar la reforma o matarla completamente. Pero los ciudadanos estadounidenses no pueden permitírselo", señaló el presidente norteamericano en un comunicado.
"La reforma en la que ambos partidos hemos estado trabajando durante un año podría evitar que vuelva a ocurrir una crisis como la actual", indicó Obama.
"Insto al Senado a que vuelva a trabajar y anteponga los intereses del país a los de partido", agregó.
ANNA GRAU | NUEVA YORK
La reforma financiera de Barack Obama quedó ayer en tablas en el Senado. Los republicanos consiguieron bloquear el inicio oficial de su debate votando como un solo hombre en contra, lo que sumaba 41 noes, una minoría aplastante frente a la insuficiente mayoría demócrata: 57 votos a favor (con 2 abstenciones). Pero esto no significa ni mucho menos la muerte de la reforma sino su transformación en otra cosa. Los dos partidos confían en llegar a un acuerdo en cuestión de semanas, si bien los republicanos aspiran a introducir cambios sustanciales e incluso a poner sobre la mesa su propia reforma rival.
Se trata de calibrar con mucho cuidado los desacuerdos porque, encuestas en mano, dos de cada tres americanos apoya una reforma financiera que apriete las tuercas a los bancos —permitiendo al gobierno desmantelar entidades a un paso del abismo y creando importantes organismos de protección del consumidor— y que ponga coto a la barra libre de los derivados financieros.
En estos momentos la impopularidad de los banqueros es tanta –les desaprueba el 69 por ciento de la población, 4 puntos más que los que desaprueban a los políticos- que no se salva de la quema ni el Warren Buffett, el «Oráculo de Omaha». Este acaba de protagonizar una extraña pirueta: si Buffett ha criticado siempre los derivados financieros, a los cuales ha llegado a calificar de «armas de destrucción masiva» de la economía, en los últimos tiempos él y su firma de inversión, Berkshire Hathaway, se han lanzado a hacer furioso lobby contra los intentos de la reforma Obama de cortar estos derivados por lo sano.
Buffett logró calzar una cuña en la reforma que garantizaba que las empresas que compraron derivados en el pasado no sean obligadas a hacer una reserva de capital colateral como el que sí que se exigirá a quien compre derivados en el futuro. El Oráculo de Omaha casi se sale con la suya, pero en las últimas horas los demócratas rechazaron sus enmiendas. La propuesta demócrata también contempla que los bancos que especulen con derivados financieros estén excluidos de determinadas protecciones federales, incluido el FDIC.
Redefinir rescate
Los republicanos en cambio plantean por ejemplo ocuparse de los gigantes hipotecarios semipúblicos, los grandes ausentes del proyecto de reforma, y también redefinir el concepto de «rescate» público de un banco, para que pueda beneficiarse del mismo no ya la entidad sino sus acreedores.
La votación en la que demócratas y republicanos se vieron las caras estaba fijada sólo un día antes de que los directivos de Goldman Sachs comparezcan en el Capitolio para dar cuenta de los distintos escándalos que se les imputan, entre ellos, haberse lanzado a hacer montañas de dinero apostando contra la burbuja hipotecaria americana, para beneficiarse tanto de la explosión de esta como de las ayudas gubernamentales para mitigar sus efectos. Miembros del Senado aseguraron ayer disponer de pruebas documentales: e-mails entre ejecutivos de Goldman comentando que las ganancias que esperaban gracias a su “apuesta negativa” contra el mercado hipotecario superaran en mucho a sus pérdidas en ese mismo mercado.
Venta de Citigroup
Por otro lado, el Departamento del Tesoro estadounidense anunció ayer que venderá hasta 1.500 millones de acciones de Citigroup, en un primer gran paso del gobierno para despojarse del 27% que adquirió del banco, cuando lo salvó de la crisis.
Un comunicado del Departamento del Tesoro indicó que la firma Morgan Stanley tendrá «autoridad discrecional» para vender esa cuantía de acciones y que espera ofrecer a la venta más títulos en el futuro. La operación se encuadra en un programa anunciado el mes pasado para la venta de los 7.700 millones de acciones que el gobierno de Estados Unidos recibió como parte de la participación de Citigroup en el salvamento financiero, por 700.000 millones de dólares, aprobado por el Congreso en octubre de 2008

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